La cocina de Enrique Medina (Rte. Apicius) estará en Chef Balfegó 2021
Enrique Medina es un chef maño que decidió cambiar su vida e irse a vivir a Valencia, allí creó su familia y su propio restaurante Apicius. En este post descubrimos su vida y su trabajo, pocos días antes de participar en la final de Chef Balfegó 2021.
Siendo un crío, con tan solo siete u ocho años, y nacido en un pueblo de Zaragoza, el campo formaba parte de su vida: le gustaba recoger plantas silvestres, setas… Y luego se ponía a cocinarlas en casa, imitando a su madre o al Chef Arguiñano que veía en la televisión. Así fue como empezó a cocinar y a amar la cocina.
Pasados diez años, a los 18, decidió que quería ser cocinero. Fue entonces cuando dejó de lado la farmacia, que era para lo que estaba encaminado por prescripción familiar. En la escuela de hostelería aprendió sobre el servicio en sala, recepción de hoteles y demás funciones. Siendo una persona reservada, pronto se dio cuenta de que lo que le gustaba y donde se encontraba realmente cómodo era en la cocina y no de cara al cliente. Cuando terminó sus estudios hizo prácticas en Francia y después de trabajar allí unos años, regresó para trabajar en diversas ciudades como Barcelona, Sevilla y finalmente Palma de Mallorca, es allí donde conoce a Yvonne, la que hoy es su mujer, trabajando en el Gran Hotel Son Net. A partir de ahí, ambos emprendieron un viaje de vida conjunto y sentaron su familia en Valencia.
Todo parecía marchar bien hasta que Medina tuvo un accidente grave de coche, lo que le repercutió con serios problemas de rótula. En aquel trágico momento, no sabían si podría seguir con su profesión, ya que los médicos no le daban muchas esperanzas: las muchas horas al día estando de pie en la cocina no eran lo más indicado. Pero el sabía que saldría adelante y seguiría con su pasión, la cocina. se esforzó al máximo para recuperarse Cada día, hacía el triple de horas de rehabilitación que le correspondían, y en la sala de rehabilitación se decía a si mismo: «mientras tengas fuerzas, serás cocinero».
Fue después de este trance, cuando la pareja decidió no rendirse y montar su propio restaurante, lo llamaron Apicius.
Yvonne, pareja y compañera de trabajo del concursante, nos define a Enrique como un gran profesional, con muchísima disciplina en el trabajo y mucha constancia. Cree ver en sus platos esa timidez tan suya a través de líneas muy finas y elegantes, y su carácter aragonés, una nobleza que se intuye en todas sus creaciones.
La propietaria y además, jefa de sala, nos cuenta que le han puesto muchas ganas e ilusión a este proyecto al que consideran su casa. Un proyecto que poco a poco va tomando forma y en el que el cliente, recibe lo que a ambos les gustaría comer en un restaurante.
El chef reconoce que cuando eres joven valoras mucho la técnica y los fuegos artificiales, pero cuando te vas haciendo mayor, ves que lo que realmente importa es el sabor.
El restaurante está a dos pasos de la Huerta Valenciana y Enrique, aprovecha para salir a pasear y disfrutar de ella: ver como florecen las plantas, coger un higo y probarlo… Eso le da inspiración para terminar sus platos.
Enrique, opina que la basa de su cocina es el producto de calidad en su mejor momento, por lo que anualmente, hacen cuatro o cinco monográficos de productos de temporada. Y afirma entristecido, que hay muchos productos que están desapareciendo, haciendo un grito de concienciación para que entendamos que cuidar el medio natural es imprescindible para preservar las especies y a su vez, la cocina.
En este contexto explica que, es uno de los motivos por los que eligió a Balfegó como proveedor. Y es por esa decisión basada en la sostenibilidad y calidad del producto, que ha querido presentarse a la IV edición de Chef Balfegó.
Enrique, concluye diciendo que su mente está focalizada en seguir trabajando y disfrutando de la cocina mientras ve crecer a sus dos pequeños. Y afirma con ternura que cuando decidan cual es su camino, si este les lleva a la cocina, allí estará para ayudarles.
El día 28 de octubre, Enrique Medina, competirá en la final de Chef Balfegó volcando en sus platos de atún rojo lo que la vida le ha regalado, regalo al que ha dedicado toda su vida, el oficio de ser cocinero.