Balfegó, única empresa de atún rojo salvaje mantenido con certificación de sostenibilidad medioambiental Ver certificado
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#Noticia • 2 junio 2023

Un baño con festín entre túnidos

Cinco generaciones de pescadores avalan el legado de una de las empresas atuneras más arraigadas de nuestro país. Balfegó, empresa oriunda de L’Almetlla de Mar, abre las puertas de su universo a Guía Repsol, el acuático y el terrestre. El primero a través del snorkel, el buceo y sus artes de pesca. El segundo, en ‘Tunateca’, su gastronómico en pleno corazón de Barcelona, un santuario del atún rojo que respira su propio ritmo.

Hace mucho, mucho tiempo, un túnido avistó las costas más cálidas del planeta para desovar. Unos acabaron en el Golfo de México, otros en Japón, algunos otros en Australia, y por último, los que eligieron el Mediterráneo. “En el mercado el más valorado es este último”. Es Joan Grau, responsable de marketing y comunicación de Balfegó. Cinco generaciones de pescadores narran la historia de esta familia con arraigo en L’Ametlla de Mar, a 40 minutos en coche de Tarragona.

Piscina Balfegó
Su técnica del cerco agrupa a los túnidos en piscinas en el propio mar.

“En los años 80 los primos Pere Vicent y Salomé junto a Montse y Manel, unieron fuerzas para formalizar la empresa”. En esos años empezaron vendiendo el 100 % a Japón, pero en 2007 llegó la regularización de la pesca del atún rojo. “Había sobreexplotación de este animal, por lo que se pusieron unas cuotas. Si a partir de los 25 kilos es cuando se considera sexualmente maduro al atún rojo, la normativa estableció que se podía capturar a partir de los 30 kilos. Nosotros lo capturamos cuando está en los 150 kilos, con unos diez años de vida”. El objetivo: capturar dentro de la cuota asignada, pero con el menor número de atún posible. “Pesquemos menos para que en unos años haya más stock”. Sostenibilidad como bandera.

Buceo Tuna Tour
Los visitantes del Tuna Tour pueden bucear con los animales siempre que tengan la certificación.

Dos estilos, dos versiones: made in Ametlla frente a las artes de pesca y despiece del atún del sur. Allá la almadraba o levantá; en el Mediterráneo norte la técnica del cerco, rodeando al atún con piscinas creadas ad hoc para que al animal sienta que está en su entorno natural, salvaje. Allá el ronqueo, aquí el kaitai. Pescando en época de almadraba, pero sin recurrir a ella. “Utilizamos la técnica del cerco, para traer el atún rojo desde Baleares, donde lo pescamos, hasta L´Ametlla. Con esto conseguimos capturar un atún 100 % salvaje y mantenerlo vivo».